sábado, 28 de marzo de 2009

El día de Ada Lovelace

Muy poca gente sabe quién cuernos fue Ada Lovelace. Los ávidos lectores de chisme y escándalo, sabrán que fue hija de Lord Byron y su 'mujer sabia'-de la que solía hacer tanta chunga como el mismo Molière-. Los menos, dirán que, heredando los genes de su madre, se aficionó a las matemáticas. Y muchísimos menos todavía, sabrán que ella fue la que impulsó y patrocinó a Charles Babbage en sus pruritos de inventor-el cual, dicho sea de paso, la dejó prácticamente en la calle-.

Mecenas y patrocinadores de lunáticos y genios locos 'incomprendidos' han abundado en la historia. Se les suele imaginar como ricos ociosos que no tienen nada mejor en qué gastarse el dinero, y que, careciendo de todo mérito personal-ya que las fortunas invertidas ni son producto del esfuerzo personal, ni el apellido lo labraron ellos mismos-, buscan trascender de la mano del genio y colgados de la obra del mismo. Sin embargo, Ada Lovelace se cuece aparte.

Leyendo en uno de los sitios que frecuento en Internet-ni más ni menos que uno dedicado a la panadería-, me encontré con un enlace que llevaba por título 'Ada Lovelace day'. La verdad es que nunca me imaginé que la 'gris', por poco conocida, hija del brillante Byron siquiera tuviera un día con atributos especiales. Pero resulta que sí. Y si se le recuerda, es en una especie de apología feminista, como una suerte de reivindicación de las 'mujeres que han sobresalido en las ciencias'.

¿Y qué tiene de especial la tal señora, o que le dedique un breve espacio de reflexión? No soy feminista, como mis lectores muy bien saben. De hecho, apenas oigo el término, me salen unas ronchas que para qué les cuento. Y en cuanto a la ciencia, nunca he sentido especial inclinación hacia ella. Sin embargo, ahora que lo pienso, directa o indirectamente es gracias a ella que puedo estar aquí sentada, compartiendo mis divagaciones con todo aquél que quiera leerlas.

Porque una computadora hoy en día nos parece de lo más normal. Las nuevas generaciones nacen casi completamente tecnologizadas, al punto de ver chamaquitos con los celulares en la mano. Ya no tienen el miedo que incluso en mi generación se llegó a experimentar al usar una computadora-era típico el 'chin, ¿y si le pico aquí y se descompone?'- , y la utilizan sin el menor problema, desde para chatear hasta para piratearse las tareas. Pero no se piensa en el largo, larguísimo y penoso, penosísimo viaje que hubo de tener lugar antes de llegar a donde estamos plantados el día de hoy.

Pero ¿qué tiene que ver la computadora con el título de la entrada? Mucho. Muchísimo. Porque no sólo Ada Lovelace financió la idea de Babbage de la 'máquina analítica', sino que fue un paso más allá. Elaboró los primeros 'programas', esto es, secuencias de instrucciones, en un lenguaje especial para que la máquina ejecutara sus funciones. Vámonos al diablo, los que inventaron el Basic o el Pascal ya pueden quedar como un par de idiotas. Porque ellos trabajaron con una máquina que ya existía, mientras que la condesa Lovelace ideó-o imaginó, según se vea- funciones para su máquina, incluyendo la creación de un algoritmo para el cálculo de números Bernoulli. Y tal cosa ha sido reconocida como el primer programa. Aunque debates no han faltado, claro, ya que están quienes afirman que fue el propio Babbage quien escribió el programa, lo que no sorprende.

Y sigo preguntando, ¿cuánta gente sabe quién es la señora que aparece en el holograma de Microsoft? Pues es la mismísima 'encantadora de números', Ada Augusta Lovelace, la primera programadora del mundo. Creo que, de no haber sido hija de una 'medias azules', y de no haber formado parte del vilipendiadísimo-hasta por su propio padre- grupo de 'femmes savantes', la carrera de la computarización-si se me permite el neologismo- se hubiera visto plagada de más baches, hoyos y tropezones de los que tuvo. Aunque mucha gente la maldiga cada que le echa pestes a la computadora, o que piensen que -indirectamente- gracias a ella la sociedad posmoderna es basura, yo sí tengo mucho que agradecerle. A pesar de ser poco menos que una analfabeta funcional en el manejo de ordenadores.

1 comentario:

  1. Pues yo tampoco sabía que existiera un día dedicado a la sabia Lovelace... a quien, por cierto, tampoco conocería de no haber leído aquel librito escrito por Gonick sobre la historia de las computadoras que, visto hoy en día a la luz de lo poco que sé, me queda claro que es un esfuerzo sobrehumano de difusión del conocimiento. Mira que trazar la historia de la informática, desde el dedo, el hueso de mamut y las piedritas, hasta las computadoras personales, no es cosa de todos los días.

    A propósito de Ada, en estos tiempos donde todo pasa tan rápido que apenas nos damos cuenta, me pregunto si todavía será funcional la ley de Babbage, ésa que habla acerca de que los inventos siempre llegan demasiado tarde. ¿Nos damos cuenta hoy de si es tarde para un invento, o como ya viene el otro, ni siquiera nos importa?

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